El inicio del problema humano es la inhabilidad de muchas personas para transformar su propia energía y satisfacer sus propias necesidades. Estas personas desde muy temprana edad, viven con la creencia que pueden tomar la energía ajena que otros transforman, evitando el esfuerzo de transformarla por sí mismos.
El desorden generado por quienes se niegan a aportar algún tipo de bienestar pero que lo toman de otros que sí lo aportan, provoca un resultado grupal desbalanceado; la injusta distribución de energía en cualquier grupo humano del planeta entero, proviene de los que toman más energía de la que les corresponde, sin retribuirla.
Una referencia práctica como este proyecto, que muestra con acierto el funcionamiento de un ser humano en su medio ambiente, puede guiar la intención humana hacia la satisfacción de necesidades propias y mutuas y, provocar un intercambio valioso en el grupo con el que convive.